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Sustituir tus aparatos por modelos de clase “A” y controlar los modos de espera te permite ahorrar considerablemente en la factura eléctrica.
Programar lavados en frío, evitar el uso excesivo de secadoras y llenar lavavajillas son pequeñas decisiones con gran impacto energético.
Bajar la potencia contratada, aislar bien la vivienda y optimizar el uso de iluminación complementan el ahorro más allá de los electrodomésticos.
Ahorrar energía no es sólo ayudar a proteger y mejorar el medio ambiente, también con el ahorro de energía ayudamos a mejorar nuestra economía doméstica. Es muy común que sin darnos cuenta (o no reparando en ello), se desperdicie una gran cantidad de energía en nuestra casa y su entorno. Debemos usar la energía eléctrica de una manera consciente, teniendo en cuenta que es un bien caro para nuestra economía y para el medio ambiente. Reducir su consumo es beneficioso. Ahorrar energía es bueno para el coste de la factura de energía eléctrica, y también para el medio ambiente.
A continuación relacionaré algunos consejos para ahorrar energía directamente, sin grandes inversiones:
La potencia son los vatios (W) que podemos llegar a consumir a la vez en nuestra vivienda. Hay que tener en cuenta que normalmente nunca ponemos todos los aparatos eléctricos a la vez. Si son demasiados vatios los que tiene designados en su contrato llame a su compañía suministradora y baje la potencia, le cobrarán una cuota por la gestión pero los recibos resultarán más económicos. Es interesante recordar que la potencia de la que se dispone en la vivienda depende del usuario, si solicitas bajarla tienes derecho a ello. El coste por bajar la potencia es de aproximadamente 10 €.
Las cifras indican el porcentaje de energía que se ahorra respecto a la que consumía el aparato/hecho en cuestión antes del cambio
El etiquetado energético informa al usuario sobre el consumo de energía y otros datos complementarios relativos a cada tipo de aparato a lo largo de su vida, por ejemplo: el ruido, la eficacia de secado y de lavado, el ciclo de vida normal, etc. Este tipo de información aparece en aparatos eléctricos tales como los frigoríficos, congeladores, lavadoras-secadoras y lavavajillas e incluso también en las diferentes bombillas. Las clases de eficiencia energética se pueden englobar en siete categorías desde la letra A hasta la letra G.
Un cuadro más clarificador es el que se describe debajo.
Categoría |
Consumo de energía |
Evaluación |
A |
<55% |
Bajo consumo de energía |
B |
55-75% |
|
C |
75-90% |
|
D |
90-100% |
Consumo de energía Medio |
E |
100-110% |
|
F |
110-125% |
Alto consumo de energía |
G |
> 125% |
Mediante esta clasificación, se pueden comparar electrodomésticos del mismo tipo. Así, si se elige una lavadora de clase A, se consumirá menos de la mitad que otra de clase E, lo que supondrá un ahorro muy grande a lo largo de la vida útil de la lavadora. Es muy importante que al comprar un electrodoméstico nos fijemos en su etiqueta energética. La escala es de 7 letras de la A a la G siendo la A la que indica máxima eficiencia. Aunque el costo inicial de los más eficientes sea mayor es una inversión que se amortiza a medio plazo.
Ahorrar energía ya es algo que está cada vez más en la mente de todos nosotros. La energía que no se consume no se genera por lo tanto no contamina y esto es beneficioso para el medio ambiente.
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©2025. CEAC. Todos los derechos reservados.
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