Procesamiento de muestras histológicas: lo que debes saber

👉Puntos clave

El procesamiento histológico permite analizar tejidos para diagnosticar enfermedades observando células y microorganismos.

El método implica etapas precisas: recogida de la muestra, fijación, preparación (cortes y tinción) y examen microscópico.

Control de calidad (etiquetado, calibrado, esterilización) es imprescindible para que los resultados sean fiables.

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Escrito por Alicia Pardo Crego
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Sanidad
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11 de septiembre de 2023
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Hay un gran número de dolencias cuyo diagnóstico depende del procesamiento de muestras histológicas. Y, aunque algunos se dan en situaciones muy específicas —por ejemplo, para confirmar un proceso canceroso—, también los hay rutinarios, como las citologías a las que se someten las mujeres de forma anual.

La FP de Grado Superior en Anatomía Patológica y Citodiagnóstico te convertirá en un/a especialista en la recogida, conservación y análisis de estas partículas, titulándote oficialmente para ejercer tanto en la sanidad pública como en la privada. Pero empecemos por el principio: ¿qué es la histología y en qué consiste el muestreo del que estamos hablando? ¡Vamos a verlo!

Procesamiento de muestras histológicas: qué es y su importancia

El procesamiento de muestras histológicas es el tratamiento que recibe un trozo de tejido obtenido de un ser, vivo o muerto, con el fin de determinar si sufre alguna dolencia. En función de la patología que se sospeche, la zona en la que se produzcan las molestias y la naturaleza de la sustancia que se extraiga del cuerpo, el proceso comprenderá un conjunto de técnicas distintas, con las que se pretende conservar el material el mayor tiempo posible para su análisis microscópico.

El objetivo es sacar conclusiones determinantes sobre la existencia o no de una enfermedad, así como del nivel de gravedad que presenta. Los/as expertos/as en procesamiento de muestras histológicas se fijan en aspectos como el estado de las células o el tipo de microorganismos existentes para obtener un diagnóstico, que vuelcan en sus informes finales.

Estos documentos son imprescindibles para que el cuadro médico pueda establecer los pasos a seguir. Un cultivo, por ejemplo, puede revelar que existe una bacteria determinada, que solo es sensible a un número concreto de medicamentos. Sin el análisis previo del laboratorio, los/as médicos/as se encontrarían “a ciegas” para recetar el antibiótico apropiado, y el/la paciente podría ver agravados sus síntomas. Como ves, se trata de una labor clave para el sector de la salud, especialmente tras la crisis del Covid-19, que disparó la demanda de técnicos de laboratorio para la realización de pruebas PCR.

Etapas del procesamiento de muestras histológicas

Algo que hay que tener muy presente sobre el procesamiento de muestras histológicas es que no será igual en todos los casos. La forma de conservarlas, la temperatura y su análisis variarán mucho según el tejido, así como las técnicas de extracción.

Los procedimientos también difieren en función del tipo de recogida del que se hable. Principalmente, existen dos, la biopsia o —extracción de muestras de un ser vivo— y la necropsia —o extracción de muestras de un cadáver—.

Sea como sea, el procesamiento de muestras histológicas siempre parte de la recogida del material. Para que quede claro en qué consiste, vamos a repasar paso por paso cómo se realiza este tratamiento de laboratorio. ¡No te lo pierdas!

Recogida de la muestra

La recogida de la muestra no es otra cosa que la extracción de un tejido para su observación. Pero debe realizarse con los instrumentos adecuados y siguiendo los protocolos higiénicos correspondientes.

Como hemos explicado, dicha extracción dependerá sobre todo de la parte del cuerpo afectada por la dolencia o por la propia sintomatología del/la paciente. Te dejamos las principales técnicas a modo de resumen:

  • Absorción: aspiración de la sustancia.
  • Escisión: extirpación de la muestra con un bisturí.
  • Incisión: corte para recoger tejido.
  • Punción: introducción de una aguja, en ocasiones con la aplicación de anestesia.
  • Trepanación: realización de un pequeño agujero.

Fijación

Cuando se recogen, las células comienzan a descomponerse. O, dicho de otro modo, a morir, lo que obstaculiza un análisis correcto. Por ese motivo, la fijación es un paso fundamental en el procesamiento de muestras histológicas. Su fin es mantener los tejidos lo mejor conservados posible, normalmente introduciéndolos en formol.

Esta etapa varía enormemente si hablamos de sustancias como, por ejemplo, el flujo vaginal. Esta clase de material biológico no se “fija”, sino que se “cultiva” con una pipeta en un medio afín al microorganismo —agar, en muchas ocasiones— y se incuba en una placa o tubo de ensayo para que prolifere.

Preparación para el microscopio

Si la muestra es un tejido, se le extrae el agua con alcohol y se introduce en resina o parafina. Después se realizan cortes de no más de 5 milímetros de grosor en las zonas que presenten más anormalidades y que, por lo tanto, serán más representativas para el estudio. La fase se completa con la coloración del tejido para aumentar los contrastes y facilitar la observación.

Análisis microscópico

Finalmente, el material se monta entre el cubreobjetos y el portaobjetos, y se observa a través del microscopio para determinar cualquier indicio de enfermedad. El procesamiento de muestras histológicas concluye con el informe del/la técnico/a encargado/a del examen, en el que vuelca sus conclusiones.

¿Qué instrumentos y equipos se utilizan en este procesamiento?

Los/as técnicos en anatomía patológica y citodiagnóstico tienen a su disposición un amplio material de laboratorio para llevar a cabo sus exámenes. La lista es extensa, pero entre los instrumentos más empleados están:

  • Jeringas de aguja fina.
  • Bisturís.
  • Portaobjetos.
  • Hisopos.
  • Tinciones.
  • Microscopios.
  • Guantes.
  • Esterilizadores.
  • Probetas.

Control de calidad en el procesamiento de muestras: cómo se lleva a cabo

El procesamiento de muestras histológicas depende por completo de respetar las técnicas y los protocolos establecidos. Si no se llevan a cabo correctamente, los resultados se verán alterados y no reflejarán la realidad del/la paciente.

Para evitarlo, los/as patólogos/as toman una serie de medidas destinadas a limitar al máximo los errores. Como, por ejemplo:

  • Calibrar adecuadamente los instrumentos de observación.
  • Mantener las muestras a la temperatura adecuada para conservarlas.
  • Etiquetar el tejido recogido para identificar a su propietario/a y el momento de la extracción.
  • Esterilizar todos los materiales de laboratorio.
  • Evitar burbujas, arrugas u otro tipo de anormalidades en el tratamiento de las muestras.

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