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La disciplina positiva apuesta por el respeto mutuo para educar sin castigos ni autoritarismos.
Su enfoque se basa en reforzar conductas valiosas, fomentar autonomía y enseñar responsabilidad.
En lugar de imponer, busca escuchar, dialogar y construir límites juntos con niños y niñas.
A lo largo de la Historia han surgido numerosas corrientes educativas. Una de las más populares es la corriente de la disciplina positiva, promulgada por la psicóloga norteamericana Jane Nelsen, que defiende la importancia del respeto entre las personas por encima de todo. En el artículo de hoy vamos a explicar en detalle en qué consiste esta teoría y por qué resulta tan relevante en la actualidad.
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En el pasado, tanto en el ámbito personal y familiar como en el formativo, se corregían los comportamientos negativos por parte de los niños con la asignación automática de un castigo. Sin embargo, con el tiempo han ido surgiendo nuevos modelos educativos que tratan de poner en el centro el respeto y la tolerancia entre las personas. Uno de estos modelos es el de la disciplina positiva, pero, ¿en qué consiste exactamente?
La disciplina positiva es un enfoque de la educación que se basa en el respeto mutuo entre padres, educadores y niños. Esta teoría defiende la idea de que el castigo no es la mejor manera de enseñar a los niños; en su lugar, se debe fomentar el desarrollo de habilidades y valores, de manera que los niños aprendan a tomar decisiones responsables y de forma autónoma.
La disciplina positiva utiliza el refuerzo positivo en vez del castigo, reconociendo y recompensando los comportamientos positivos de los niños.
La disciplina positiva, aunque pueda parecer más laxa que otras teorías educativas, en realidad implica también establecer límites claros y consistentes. Así, los niños tienen claro en todo momento qué comportamientos se consideran inapropiados y saben cómo deben actuar con responsabilidad ante cualquier situación.
La disciplina positiva se asienta sobre una serie de fundamentos clave que son esenciales para que este modelo educativo sea llevado a cabo con éxito. Estos fundamentos son:
En lugar de centrarse en lo que el niño hace mal, la disciplina positiva se enfoca en lo que hace bien y en cómo puede mejorar su comportamiento.
Las raíces de la disciplina positiva se encuentran en la psicología humanista, y concretamente en las teorías de Alfred Adler y Rudolf Dreikurs. Estos psicólogos austríacos abogaban por una educación basada en el respeto mutuo y la cooperación.
Adler, uno de los pioneros en psicología individual, creía que el comportamiento humano está motivado por un deseo de pertenencia y significado. Según este autor, los niños se comportan de manera inapropiada cuando sienten que no tienen un lugar significativo en su grupo familiar o social. Dreikurs popularizó más tarde estas ideas y desarrolló estrategias prácticas para aplicarlas en el entorno educativo.
Jane Nelsen y Lynn Lott, dos norteamericanas autoras del popular libro «Disciplina Positiva», fueron quienes adaptaron estas teorías a un formato accesible para padres y educadores, acercando el movimiento de la disciplina positiva a la educación moderna.
En la actualidad, la disciplina positiva se ha convertido en una metodología reconocida a nivel internacional, contando con su propia asociación de profesionales. Su enfoque ha sido validado por estudios que demuestran su efectividad en el desarrollo emocional y social de los niños.
Aplicar la disciplina positiva va mucho más allá de tratar de evitar castigos. Es un proceso que requiere paciencia y una profunda comprensión del comportamiento infantil. ¿Quieres saber cómo se puede aplicar este enfoque en la práctica diaria de una forma efectiva? Entonces, echa un vistazo a estos pasos esenciales:
Veamos ahora un par de ejemplos prácticos que nos ayudarán a entender todavía mejor cómo funciona la disciplina positiva y de qué manera podemos aplicarla en el día a día. ¡No pierdas detalle!
Este modelo educativo ofrece un enfoque muy beneficioso para la educación de los niños que va más allá de la esfera personal o familiar. En el ámbito formativo, la aplicación de la disciplina positiva para la enseñanza de los niños también conlleva notorias ventajas, como las que mencionamos a continuación:
La disciplina positiva es solo una de las teorías educativas en las que podrás profundizar si te decides a formarte en el ámbito docente. Desde CEAC Formación Profesional Oficial te acercamos el Grado Superior en Educación Infantil, con el que podrás convertirte en un profesional experto, apoyándote en un profesorado especialista y espacios de vanguardia con todos los recursos necesarios para tu aprendizaje.
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