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Cuando un niño cambia de humor, evita al resto y tiene dolores frecuentes, puede estar afrontando acoso constante que nadie ve.
Ver con atención cómo se comporta en el recreo, el aula o los pasillos nos da claves para detectar intimidaciones silenciosas.
Actuar rápidamente junto a la escuela y la familia es vital para frenar el acoso emocional, verbal o físico antes de que se profundice.
Bullying es una palabra inglesa que significa intimidación. Por desgracia esta palabra está de moda y hoy en día todos la conocen debido a la cantidad de casos que se dan en escuelas y colegios de todo el mundo. En España se estima que un 1,6% de los niños y adolescentes sufren acoso escolar de forma constante y que dicho acoso puede afectar a niños de todas las condiciones sociales, tanto en colegios públicos como en privados, de ciudades grandes o de pueblos más pequeños. Por esta razón es primordial detectar el bullying. Si te interesa este tema y quieres involucrarte en profundidad, no dudes en especializarte con nuestro curso de psicología infantil y juvenil.
A lo largo de la infancia es completamente normal encontrarnos con situaciones conflictivas entre niños, como peleas puntuales o insultos. No obstante, no debemos confundir este comportamiento habitual en la infancia con el bullying.
El Bullying es un acoso continuado en el tiempo de un niño o grupo de niños hacia otro. No se trata, por lo tanto, de una pelea puntual, sino que el agresor o agresores mantienen una conducta provocadora e intimidante permanente. Dicho acoso escolar puede darse tanto a nivel de maltrato psicológico, como físico o verbal.
Dicho esto, una pregunta que nos solemos hacer, padres y educadores es… ¿Existe un perfil de riesgo para sufrir Bullying? En términos generales cualquier niño o niña puede ser víctima del acoso escolar, no obstante, si que existen ciertos rasgos que los pueden hacer más vulnerables a sufrir bullying. Por ejemplo:
No obstante, cualquier alumno, incluso aquellos que son buenos estudiantes, con buen comportamiento y buenas relaciones familiares pueden sufrir acoso. Por ese motivo es importante estar muy atentos, tanto padres como docentes, a las señales que nos pueden hacer saltar la alerta sobre si nuestro hijo o alumno puede ser víctima de Bullying en clase.
Tristemente, en la mayoría de los casos, padres y profesores son los últimos en detectar el bullying y en enterarse de este tipo de situaciones. La vergüenza y el miedo a las represalias provoca que los niños que sufren acoso escolar escondan la situación a los adultos. No obstante, cuando un niño sufre se producen cambios, como hemos visto, de comportamiento, de personalidad, en sus rutinas, etc y por ese motivo, conviene prestar una escucha activa a sus palabras y observar atentamente al niño si detectamos alguna señal que nos alarme. Cuanto antes se detecte una situación de bullying antes se podrá empezar a trabajar en ello para ponerle solución, tanto en el ámbito escolar, con profesores y compañeros del niño, como por parte de la familia y prestando atención psicológica al niño afectado.
Como habéis podido leer, no siempre es fácil detectar casos de bullying y una vez en conocimiento del adulto es necesario trabajar de forma conjunta con todo el entorno del niño para conseguir parar y reparar esta situación. Detectar el bullying de forma temprana es clave en estos casos! Y vosotros, ¿qué opináis?
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©2025. CEAC. Todos los derechos reservados.
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