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Una cuenta de empresa es esencial para gestionar pagos y cobros con condiciones adecuadas.
Las operaciones de financiación más usadas son préstamos, créditos, leasing y descuentos para anticipar recursos.
El factoring permite ceder cobros pendientes a cambio de liquidez inmediata.
Las empresas realizan su actividad económica, pero ella no se sostiene por sí sola y, en mayor o menor medida, necesita de las entidades bancarias.
La actividad de las entidades financieras, ya sean bancos, cajas de ahorros o cooperativas, se pueden dividir en dos grandes grupos de acuerdo con su naturaleza, las operaciones bancarias de activo y las de pasivo.
Las primeras, las activas, son aquellas a través de las cuales la entidad concede un crédito o préstamo al cliente. En estos casos podemos decir que es la entidad financiera la que realiza una inversión u operación con riesgo. El segundo tipo de operación, las pasivas, son las que la entidad capta fondos de sus clientes. Dentro de esta categoría encontramos productos financieros tan comunes como las cuentas corrientes o las cuentas de ahorro.
Esta denominación de activo y pasivo a nivel bancario no coincide con la nomenclatura que las empresas utilizan a nivel contable, ya que es justamente al revés. Observamos que lo que es activo para el banco, para la contabilidad de la empresa, es pasivo, y lo que pasivo para el banco es activo para la empresa.
La captación de pasivo es lo que hace que las entidades financieras puedan ofrecer otras operaciones bancarias, concretamente las operaciones de activo. Todo ello genera un conjunto de flujos en ambas direcciones que es lo que hace que el sistema bancario se sostenga en equilibrio.
Veamos con más detalle. Cuando las entidades financieras captan capital en cuentas corrientes y de ahorros, este está a disposición de los titulares, pero estos no lo retiran todo efectivo, ni lo usan todo sino que hay capital que se queda en las cuentas. Los bancos utilizan este capital junto con sus recursos propios para realizar operaciones de activo, es decir, lo presta a otros clientes en forma de dinero bancario. El porcentaje que el banco puede ofrecer en forma de préstamos en relación con los depósitos de pasivo que tiene está regulado por el Banco Central Europeo.
No sería correcto afirmar que el 100% de las empresas necesitan financiación, pero sí que podemos firmar que todas las empresas, PYMEs y autónomos necesitan en algún momento algún producto financiero. De todos modos, según datos de 2019, prácticamente el 40% de las PYMEs tuvieron necesidad de financiación, ya fuera para capital circulante o para inversión en activos relacionados con la producción.
Analicemos a continuación cuáles son las principales operaciones bancarias, más allá de la financiación, más comunes para las PYMEs y que son esenciales para el negocio y el desarrollo de la actividad económica.
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