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No todos los platos se calientan igual: carnes, pescados y fritos pueden perder textura; guisos y salsas aguantan mejor.
Con el microondas: calentar pocas raciones, usar potencia moderada, tapar el plato y remover para que se distribuya bien el calor.
Otras opciones útiles: calentar al fuego suave con algo de líquido, usar baño maría para platos delicados y horno < 150 °C con humedad para no resecarlos.
Actividades extraescolares, jornadas laborales que no se acaban nunca, puestos de trabajo que se encuentran a considerables distancias de nuestros hogares… Son algunos de los motivos por los que muchas veces debemos acudir a comidas preparadas de antemano si no queremos o no podemos optar por comer en restaurantes. A veces los motivos son simplemente excesos de elaboración o comodidad para planificar los menús semanales. Todo ello lleva a que, frecuentemente, tengamos que recalentar los platos que vamos a consumir.
No siempre reparamos en este sencillo hecho de recalentar la comida, pero deberíamos tener en cuenta que el objetivo es conseguir que el plato no pierda calidad ni en sabor ni en propiedades nutricionales. Si quieres conocer más sobre este tema, ¡fórmate con un grado de cocina con CEAC!
Antes de exponer algunos trucos para calentar alimentos, debemos plantearnos si todos los platos pueden calentarse o recalentarse. Evidentemente, no obtendremos el mismo éxito con todas las elaboraciones. Carnes y pescados a la plancha, son posiblemente los más perjudicados a la hora de hacerlo, ya que se resecan y se ponen duros con gran facilidad. Los fritos tampoco salen bien parados, pues reblandece el rebozado y pierden su textura crujiente. Sin embargo, hay algunos platos que no solo no se resienten, sino que ganan sabor si los consumimos de un día para otro, estamos hablando de todos los guisos, potajes y elaboraciones con salsa.
Al hablar de calentar o recalentar a todo el mundo se le viene a la cabeza un electrodoméstico, omnipresente en todos los hogares, restaurantes y casas de comidas: el microondas.
No estaremos muy desencaminados si afirmamos que en más del 95 % de las ocasiones acudimos a este utensilio que, aunque también sirve para cocinar, parece que se inventó para calentar de forma rápida, limpia y con garantías para nuestros alimentos.
Pero, no nos engañemos, no es la panacea y deberíamos seguir unas pequeñas pautas para conseguir unos resultados óptimos, ya que corremos el riesgo de que la comida se nos quede reseca y dura.
Hay otros métodos para calentar los alimentos sin acudir al microondas:
También podemos utilizar aceite de oliva o mantequillas si calentamos productos sin salsa, nata o leche si calentamos productos con salsas blancas (bechamel, carbonara…) o salsa de tomate si calentamos boloñesas o napolitanas.
Respecto al microondas, tiene el inconveniente de ser más lento y que ensuciamos mucho más….
Espero que estos modestos consejos sirvan para que realicemos una mejor regeneración de los alimentos cocinados. Antes de terminar quiero hacer una advertencia de seguridad alimentaria: los alimentos cocinados deberían conservarse a una temperatura inferior a los 5º C para evitar posibles contaminaciones. Consideraremos que el alimento está caliente y en perfectas condiciones sanitarias cuando el centro del producto supere los 65º. De esta manera nos aseguramos que el alimento esté en temperatura de riesgo, entre los 5 y los 65º C, el menor tiempo posible.
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